La palabra éxito viene del latin “exĭtus” (salida) y se define según la RAE con 3 acepciones:
1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.
2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.
3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.
Resultado feliz, buena aceptación, resultado acertado de una acción o un emprendimiento… son términos subjetivos y relativos. El éxito, a pesar de ser parte de nuestra vida cotidiana, y estar presente en muchas acciones diarias, suele asociarse a grandes méritos. Sin embargo, cada vez que nos proponemos algo y lo conseguimos podría decirse que es un éxito. A su vez, lo que para uno es éxito para otro no tiene que serlo. Además, no solo se asocia a grandes méritos, sino que la sociedad suele relacionarlo con riqueza material o prestigio social, lo que hace polarizar el éxito y el fracaso y generar mayor confusión.
El éxito debería ser entendido como la consecución de un objetivo, tenga gran repercusión o sea pequeño e íntimo.
Cada objetivo que nos proponemos permite que estemos desarrollando nuestras potencialidades con un fin satisfactorio en sí mismo de crecimiento o mejora; sin embargo, no siempre ansiamos lo mejor para nosotros; a veces, no nos detenemos a considerar si estamos haciendo lo que realmente queremos o si hemos elegido el camino que realmente deseamos, probablemente influido por presiones externas además de otros procesos inconscientes.
Por tanto, podríamos añadir a la definición de éxito una cuarta acepción como “el desarrollo de las potencialidades que un individuo experimenta y que le produce una satisfacción personal independientemente de la repercusión, reconocimiento o prestigio social que tenga”
En definitiva el éxito es tu historia, tu lugar y tu felicidad.
El éxito no tiene color, sabor, peso ni medida y lo que para unos es imposible para otros puede ser fácil y hay que saborearlo para saber a que sabe.
LikeLiked by 1 person