Las librerías y papelerías están llenas en su sección infantil de diferentes tipos libros. Todos ellos llamativos, coloridos, con POPs, táctiles y con brillos. Pero ¿Cual escoger? ¿Cuál es el adecuado?
En primer lugar nos detendremos en el objetivo, ¿por qué lo compramos y qué queremos que el niño reciba a través del libro-cuento? A partir de ahí, podemos decidir qué dirección tomar.
El contenido: la historia o cuento en sí.
Es muy apropiado que leáis los libros de los niños antes de comprarlos y atender a la historia que nos narra. De esta manera comprobaremos si está adaptado a su edad, y si la historia le puede gustar o no, según los intereses del niño.
Os proponemos que la historia del libro tenga un hilo conductor de principio a fin. Para los más pequeños suelen publicarse libros que únicamente tienen una imagen por página y una palabra en la parte inferior. Pueden ser llamativos y didácticos si riman, por ejemplo, pero es preferible que sean historias cortitas a palabras sueltas, aunque alguno de este tipo en nuestra biblioteca infantil de casa, tampoco sobra.
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Huellas gigantes |
Las historias no necesariamente tienen que ir con un mensaje (éste puede estar implícito en la historia, o el niño puede elaborar uno propio), tampoco siempre hay que leer historias cotidianas del niño para que se lave, para que se peine, para que haga pipí… ni demasiado largas.
A los niños y a los adultos nos gustan las historias, historias bonitas, que nos lleven a la imaginación y a la fantasía, preferiblemente donde aparezca algún animal (sobre todo si es para niños de 2-4 años), con metáforas, arquetipos (el bueno, el malo, el pobre, el rico, el avaro…) o incluso poesías –las frases cortas que rimen, no sólo les encanta sino que favorece el desarrollo fonético-fonológico, necesario para la capacidad lectora posterior.
Estructura del libro
Un libro es algo que el niño debe aprender a cuidar. Por tanto, para los más pequeños es interesante tener libros de pastas más duras y resistentes. Los libros para la bañera de plástico los recomendamos para bebés menores de 1 año porque un libro no es juguete.
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Historia de Ratones |
A partir de los 3 años, cuando el niño muestra cierto interés por descubrir las letras, es muy importante que cuando leamos el libro junto a él, el niño se coloque viendo las letras en su postura correcta y no del revés o de lado. Podemos sentarnos uno al lado del otro o el niño encima nuestra, pero siempre que pueda ver las letras en su posición adecuada, aunque no reconozca las letras ni sepa leer.
En relación a la organización de las páginas, es preferible que al abrir el libro, en un lado (sea derecho o izquierdo) aparezca la ilustración y en el otro, el texto sólo. Puede ser también, una zona clara donde las letras se lean nítidas sin dibujos ni distractores. Los párrafos que tengan de 2 a 6 líneas, igualmente limpias y claras, que favorezcan su lectura, como muestran las imágenes que os presentamos de algunos libros.
La letra debe ser claramente legible, preferiblemente mayúscula o de imprenta, sobre todo, si se está iniciando en el reconocimiento de letras, y de tamaño medio o grande.
Aunque el niño no sepa leer, es muy recomendable que leáis lo que dice el texto de manera literal, dándole esa entonación maravillosa que sólo una mamá o un papá sabe… Y como seguramente, el niño os pida repetir y repetir…el mismo cuento, siempre lo leáis de la misma manera (aproximada). Con esta actitud, lo que se está desarrollando (además de otros procesos inconscientes sobre la identificación del niño con algún personaje), es el reconocimiento global del texto, algo que facilitará una posterior comprensión lectora.
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Los tres bandidos |
Las Ilustraciones, que sólo aparecerán en un lado de las dos hojas al abrir el libro, o claramente diferenciadas del texto para que éste sea legible, deben ser discretas, sencillas y clarificadoras de la narración, con dibujos bonitos, estéticos, evitando dibujos excesivos, coloridos y engorrosos que dificultarán la atención de los niños. Buscando el equilibrio entre los colores vivos pero no chillones.
Aún con todo, lo más importante, es leer juntos padres e hijos. Leer cuentos a los niños diariamente. Y si ya sabe leer, leer el libro a medias, una parte papá/mamá y otra parte, vuestro hij@, y así sucesivamente hasta que adquiera el hábito y sea capaz de hacerlo igualmente solo.
Por último, os dejamos una frase del informe PIRLS (2011:109) que nos hace pensar en nuestro rol, en cómo y cuándo hacemos las cosas y su importancia en el desarrollo de nuestros hijos: “un ambiente de apoyo en el hogar y el inicio adecuado son fundamentales en la formación de la competencia lectora de los niños”.
Y si tenéis cualquier duda, podéis escribir un comentario o enviarnos un mail.
Gracias por leernos.