Pensar en un proceso de cambio implica pensar en la organización escolar, en el sentido que ésta constituye el entramado sobre el cual se desarrolla, pero para realizar la investigación organizacional hay que considerar lo siguiente[1]:
- Las organizaciones son construcciones multidimensionales
- Lo que sucede en una organización no es arbitrario, es posible su explicación.
- La estructura de una organización se da por sentada y se racionaliza en sus discursos y actividades.
- Las estructuras organizativas son incompletas y están llenas de contradicciones, es ahí, la brecha de potenciación para el cambio.
Insistimos en que el cambio educativo debe comenzar en la manera de organizar la institución educativa, desde la institución hacia el resto de agentes y las relaciones que se producen entre ellos, hasta llegar a las aulas y la didáctica…
Santos Guerra (2012) pone de manifiesto que hay que incorporar la investigación a las estructuras, convirtiéndola en una necesidad y una exigencia la reflexión compartida sobre la práctica. Sin embargo, no es frecuente encontrar organizaciones que reúnan ciertas condiciones necesarias para realizar esta reflexión. Entender la práctica docente como una experimentación que conduce al conocimiento exige una actitud de indagación, una estrategia metodológica y, a su vez, unas condiciones organizativas que lo hagan posible
Además de la importancia de los docentes y directores como actores de la investigación y del proceso reflexivo institucional, puede ser muy beneficioso un evaluador externo que brinde a los actores protagonistas evidencias y explicaciones de lo que sucede en la escuela, de tal manera que los miembros puedan conocer la realidad desde una perspectiva para ellos inaccesible.
No nos referimos a la evaluación externa de conocimientos y aquella que juzga si la estructura es buena o no, sino al rol del consultor colaborador en la reflexión conjunta con el resto del equipo. Aquel que ayuda a los agentes del centro educativo a interpretar o ser espejo (Santos Guerra, 1994c).
Este proceso reflexivo en el equipo ayudará a flexibilizar el curriculo y a llevar la investigación al aula, como método activo y natural del aprendizaje y del conocimiento.
[1] Pérez – Gomar Brescia, Guillermo. (2008). La matriz insonora del cambio educativo: la organización escolar. perspectivas para su investigación. REXE. Revista de Estudios y Experiencias en Educación, pp, 43-60.