El “Informe Delors” (1996,162) realizado por la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI de la UNESCO, expresaba ya con toda claridad que:
“Para mejorar la calidad de la educación hay que empezar por cambiar la contratación, la formación, la situación social y las condiciones de trabajo personal, porque éste no podrá responder a lo que de él se espera s no posee los conocimientos y las competencias, las cualidades personales, las posibilidades profesionales y la motivación que se requiere”
Por otra parte, Escudero (1998,12) afirmaba “se está reclamando una profunda reestructuración de los sistemas escolares, y la mejora de éstos ha de incluir necesariamente una profunda revisión y reconstrucción de la profesión docente”.
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Imagen extraída de Doka |
A pesar de existir cierta tendencia a la transformación, en la actualidad, son todavía muchos los centros educativos que permanecen anclados en una cultura organizativa escolar estática, de cierta influencia taylorista (Martín-Cerrillo, 2010:27),en parte también, condicionados por la evaluación de los sistemas educativos centrada en conocimientos tradicionales donde apenas se tienen en cuenta los procesos cognitivos, destrezas y habilidades en sus objetivos educativos.
Posch (1996 pp.97-98) explica muy bien las características de un centro con una cultura estática:
El conocimiento a impartir está predefinido: bien sea mediante la existencia de un currículum oficial, de libros de texto, etc. La misión del centro es procurar que el alumnado asimile ese conocimiento.
Currículum excesivamente estructurado: favorece la configuración de una organización escolar muy poco flexible.
Posición dominante del profesorado y de los libros de texto. El profesorado y los libros de texto ocupan una posición dominante en tanto fuentes de conocimiento.
El alumnado como recipiente de conocimientos. En este sentido la cooperación e incluso la comunicación o la iniciativa se considera disfuncional
El conocimiento impartido es de carácter estático: No da lugar al debate o la discusión, no se estimula entre el alumnado contribuciones personales o críticas.
Énfasis en los valores de disciplina, diligencia y sentido del orden: estos son los valores predominantes
En este sentido, se reclama, de forma generalizada, una adecuación de los centros educativos a esta sociedad en transformación. En la cultura organizativa estática se considera que el conocimiento adquirido es útil por transmitir al alumnado soluciones a problemas, pero es poco significativo, en tanto en cuanto, no estimula las iniciativas personales (ni de maestros ni de alumnos).
Precisamos organizaciones flexibles y versátiles que promuevan el aprendizaje activo y profundo, mediante el desarrollo de habilidades, destrezas y conocimientos útiles para la vida.