Después de releer a Bloom (1976), Anderson y Block (1985) en sus escritos sobre el modelo Mastery Learning, sigo pensando que aunque con modificaciones y actualizaciones, está de plena actualidad.
Al revisar la propuesta que Bloom planteaba sobre el ambiente de la escuela y su influencia en los individuos según las condiciones y sistematicidad que ofreciera, creo que hoy nuestros alumnos, una generación sobrestimulada , quieren más.
Por supuesto, no me refiero a realizar más ejercicios, a más deberes o a más contenidos, no. Nos referimos a que quieren una enseñanza más sistemática, planificada, organizada para la adquisición de competencias, superar retos, tener claros los objetivos, las expectativas, un feedback rápido y formativo, y sobre todo, unas actividades que hagan honor a su etimología “activĭtas, -ātis, acción” como Conjunto de operaciones propias de una persona o entidad, es decir, realizar actividades en las que puedan participar en su proceso, y según se superen, tengan opción a realizar actividades de enriquecimiento.
“¿Enriquecimiento? si eso ya lo hacemos, cuando un alumno consigue un objetivo realiza más ejercicios”
Pero no, no se trata de hacer más de lo mismo una y otra vez, se trata de enriquecer, de tener un nuevo reto, un nuevo objetivo, de avanzar en mi aprendizaje.
Tal vez sea el momento de de retomar modelos pedagógicos y teorías que representen la dirección que deseamos tomar. Modelos que nos ilustren en nuestra toma de decisiones y orienten la ejecución de nuestras acciones educativas.
Gracias por leernos